En retrospectiva
de la niña que conociste ya poco o nada queda. lentamente y por su propia ingenuidad se ha ido consumiendo, transformándose, congelándose como el rio en invierno. de la niña que enamoraste solo existen recuerdos. murió y renació cúal fénix de sus miles de cenizas. su recuerdo aún me visita y su espíritu viene a ti en ocasiones. ahora esa niña es mujer que no puede darse el lujo de dejarse romper nuevamente; porque aprendió que el fuego quema y la cicatriz... la cicatriz nunca se borra. no puedo negar que en mis cenizas aún arde un fuego de amor por ti. Te idealicé. Te volví mi Dios. Mi todo. sin embargo, no fue suficiente. de los errores solo podemos aprender... recordar que el fuego quema, que el amor duele, que lo que no se dice, mata. que las palabras se desvanecen en el tiempo y al parecer, las acciones también. durante mucho tiempo te escribí despedidas. Cartas donde te rogaba regresar, donde te suplicaba me dijeras porqué... por qué, si te di todo de mi. por qué no fui sufic